Bala perdida

Lo de este viernes era una final, eso lo sabían todos los cadistas, ante un Mallorca que estaba casi salvado y que por desgracia para nosotros terminó los 90 minutos sin el casi. Un equipo el de Aguirre que el año pasado se salvó in extremis como los amarillos en la última jornada y que en esta temporada, con un esquema y estilo de juego claros, le han sobrado cuatro partidos.

Si inviertes bien lo lógico es que sufras menos y así ha sido.

Y no es casualidad. Si inviertes bien lo lógico es que sufras menos y así ha sido. Bien en defensa y aprovechando alguna de las pocas que tiene. Mientras, los amarillos, que allá donde van no les falta el aliento en las gradas, salió a verlas venir y sin la necesidad necesaria.

El gol bermellón llegó cuando quedaba un mundo de partido y con la sensación que se podía empatar, sensación que no se cristalizó. Muchos balones en largo y muchos centros laterales, la mayoría blandos y a lo loco. Así es muy difícil, pero bueno es lo que toca. Sufrir, sufrir y seguir sufriendo.

Tampoco en el banquillo había muchos revulsivos con un Alcaraz cuya entrada en el terreno de juego se notó. Al igual que Bongonda y para de contar.

Arriba, con la baja de Roger, la pólvora se queda para un cohete de barrio. Con un Negredo que no está para muchos trotes y un Lozano inoperante y desganado. En fin, tenemos lo que tenemos y sin Alex, que se ha borrado y mucho me temo que es otro caso Choco.

A olvidar lo de Mallorca y esperar que la jornada no sea peor de lo que ha empezado.

A olvidar lo de Mallorca y esperar que la jornada no sea peor de lo que ha empezado, sabiendo que hay que ganar dos partidos y ya solo quedan cuatro.

A lo del próximo viernes se le queda pequeño el calificativo de final, o de partido de la temporada pero es importantísimo. Solo vale ganar y poder coger fuerza para buscar que otra bala alcance destino.

Sin Alejo ya se acabaron las excusas. La afición no fallará, sea viernes o sea el día que sea, y llevará en volandas al equipo. Estamos acostumbrados a pasarlo mal así que ahí estaremos. Quédense con el dato, seis puntos en cuatro duelos, esas son las cuentas. Vayan haciendo planes para visitar Elche, que como año tras año volveremos a pasarlas canutas.

Ojalá me equivoqué, pero así es mi Cádiz. De todas formas, y como dice la canción, Todos los años lo sufrimos, y al final lo conseguimos. No nos queda otra.

¡Siempre Cádiz!