Morir en la orilla

Lo que ha pasado en el Nuevo Mirandilla este sábado ha sido una pena, después de la derrota del Granada del viernes, el equipo de Sergio González no pudo con los beticos en un partido con varias fases y varias lecturas.

No ha sido el mejor partido de la era del nuevo entrenador, que a pesar de ello dio la cara y luchó hasta el final. Final cruel, quizás inmerecido y sobre todo después del gol del bueno de Alejo, que se vació en el campo hasta que las fuerzas le acompañaron.

No estuvieron mal los amarillos, que perdieron los tres puntos después de aguantar la presión de los béticos durante casi 85 minutos. Un penalti tonto, pero seguramente penalti, y la calidad de la parte de arriba verdiblanco hicieron el resto.

Puede también que algunos de los amarillos no estuvieron a su mejor nivel, y eso es fundamental para optar a los tres puntos. Viajaremos ahora a la ciudad condal sin Alcaraz, que se quedará limpio de tarjetas para el sprint final de la temporada. No hay nada que perder en Barcelona, así que en el fútbol puede pasar cualquier cosa. Confiemos, la esperanza es lo último que se pierde y los cadistas estamos acostumbrados a ello.

Tampoco quiero dejar la ocasión de depurar responsabilidades a la directiva, o incluso algún seguidor amarillo que hicieron posible que hubiera béticos por todas las gradas del estadio. Y a aquellos aficionados, que seguramente no representan a los buenos béticos, que insultaban, liaban o deseaban el descenso a Segunda que no escupan hacia arriba porque la vida da muchas vueltas. A ellos clases de educación y deportividad.

Nada, nosotros a seguir que esto no termina aquí, sino continua.

Yo sigo en el barco así que el que no confíe que se baje.

Siempre Cádiz!!!

Abonados al sufrimiento.