Castaño oscuro

¡Qué difícil esta situación para nosotros los cadistas! El equipo pierde fácil la identidad y, dejando a un lado los fallos puntuales como el penalti de Álex Fernández, o errores arbitrales, esto no funciona. Algo habrá que cambiar, ¿digo yo?

Muchas veces no hay más ciego que el que no quiere ver.

No soy entrenador, ni quiero parecerlo, pero muchas veces no hay más ciego que el que no quiere ver. La portería, que era de lo que más estaba funcionando, se está contagiando de esta caída libre sin frenos en la que el equipo está instalado. La defensa hace aguas y los jugadores no encuentra continuidad. Tan pronto estás en la grada como a la semana siguiente eres titular.

Vaya medio campo, ¡no se está echando de menos a José Mari ni ná!. Las bandas no funcionan y los recambios tampoco.

La responsabilidad es de más arriba, del que quiere hacer un nuevo estadio.

Delante, salvando al Choco, ni para estar escondido, como se dice en Cádiz. Don Álvaro, sé que usted no es de aspavientos ni de mucho movimientos pero, sentado ahí en tu esquinita, con tu equipo naufragando a la deriva, algo tendrás que hacer. Seguramente no te han dado lo que pedías en el mercado de verano. En eso, la responsabilidad es de más arriba, del que quiere hacer un nuevo estadio, cosa que nos importa poco por no decir nada. Vizcaíno, ráscate el bolsillo que quizás aún estamos a tiempo, sólo quizás.

En este mercado invernal no puede haber medias tintas. Necesitamos gente que juegue desde el minuto uno dando un salto de calidad, porque esta afición, que para ti es la mejor del mundo, ni es tonta ni se le toma el pelo. Yo agradezco que nos hayas llevado a Primera División, pero no nos conformamos.

En fin, el día 13 tenemos otra final, de esas que no hemos ganado ninguna, para encontrar las dos victorias que quería el míster. Con este calendario: Granada, Real Madrid y Sevilla, lo vamos a tener difícil, pero no nos queda otra.

¿Empezamos a darle la vuelta a esto?

Siempre Cádiz.