Cuasiperfecto

LaLiga Santander Jornada 11 / Temporada 2021-2022

En todo hay de todo, cosas buenas y no tan buenas. Las cosas buenas son las Peritas y las no tan buenas, los Membrillos.

Cuesta trabajo hacer un análisis del partido cuando te empatan en el último minuto después de llevar dos goles de ventaja, pues todo el análisis se centra en la decisiva jugada final. El Cádiz recuperó la esencia cerveriana más genuina, aunque presionando un poco más arriba: seguro en defensa, bloqueando las líneas de pase y, sobre todo, recuperando el balón y arrancando con peligro, algo que se había venido perdiendo. Lo paradójico, y hasta rocambolesco, es que, después de tanta pasión defensiva, te empaten en el último minuto en una contra con la línea defensiva a sesenta metros de la portería. Un empate en Villarreal tiene mucho valor, hubiera sido perfecto; pero tal y como se produce, sabe a poco, cuasiperfecto.

En la historia del Cádiz CF, solo Mágico González había conseguido un hat trick.

Peritas

Choco Lozano: Es muy evidente que la gran Perita de la jornada se la ha ganado con creces el Choco Lozano. Hacer un hat Trick en Primera no está al alcance de cualquiera, de hecho, en la historia del Cádiz CF solo lo consiguió Mágico González, en la temporada 1986/87 en un partido en Carranza frente al Racing Santander (3 a 0). El Choco es el primero que lo consigue fuera.

En el fútbol, la pillería es esencia.

Robo y contra: Es importante que el equipo recupere la mordiente, que asuste al contrario. Y para ello es necesario robarles el balón y montar el contragolpe, algo que se había perdido en las últimas jornadas. Ante el Villarreal, se volvieron a interceptar muchos balones y las contras fueron excepcionalmente lanzadas, tanto por Chapela, como por Álex, como por Sobrino y culminadas por el Choco. Lástima ese último mano a mano ante el portero.

Pillería: En el fútbol, la pillería es esencia. Hay que estar listos. Estuviera o no ensayada, la ejecución de la falta que produce el segundo gol cadista, es para listos, primero con Fali, sacando por sorpresa, con precisa picada; y luego la complicidad y habilidad del Choco en la ejecución.

Chapela y Álex: Ambos interpretaron a la perfección lo que se pide en la salida del balón, cada uno a su manera. De ellos partieron las jugadas del primer y tercer gol.

En un equipo como el Cádiz no se pueden permitir los despistes

Membrillos

Memoria: Han pasado muchas horas desde la finalización del partido y nuestra mente nos sigue mortificando con el recuerdo del gol del empate. ¿Cómo pudo pasar? Y nos imaginamos el último minuto con múltiples alternativas favorables: nos imaginamos a Andone aguantando el balón en la banda; a Salvi, en la otra banda, no dejándose ganar en carrera por el exhausto Parejo, que le quita el balón como a un niño chico; a Sobrino, recibiendo solo un balón caído del cielo, controlándolo y no bombearlo de cabeza hacia el rival; a Haroyan anteponiéndose en la peinada de cabeza que se convierte en la asistencia de gol; a Chust dando un paso adelante en esa peinada para dejar al delantero en fuera de juego, en vez de correr hacia atrás; a Akapo defendiendo la internada de forma más agresiva y contundente y no dejándole posicionarse para el disparo; o a Ledesma boqueando el letal tiro cruzado. Maldita memoria que me tiene el coco bloqueado.

Despistes: En un equipo como el Cádiz no se pueden permitir los despistes, sean por el motivo que sean. Y se vienen repitiendo con frecuencia y con resultados graves. El desajuste defensivo en el remate de cabeza en un córner en el primer gol, o el polvoronaso de Alejo en la jugada del segundo son algunos ejemplos. El recital de despistes en el tercer gol, es de Cum Laude.

Cerámica: Tanto gres cerámico o porcelánico... Pues ya podrían darle una manita al suelo del túnel de vestuario, que está de pena.

Último minuto: Membrillo colectivo. No se puede hacer peor. Y gracias, porque aún tuvieron una postrera ocasión, con el balón paseándose por el área...