Aterrizando euforias

LaLiga Santander Jornada 9 / Temporada 2020-2021

El Cádiz estrenó la categoría con un partido frente al Osasuna en el que le saltaron todas las costuras. Con una defensa desorganizada, imprecisión en la salida de balón y falto de ideas arriba, parecía confirmar los peores augurios. El resto de la temporada se antojaba un valle de lágrimas que conducía al inexorable descenso.

Cuando la estrategia pasa por entregar el balón al contrario, el más leve despiste penaliza.

Sin embargo supo rehacerse y, aunque en casa los resultados no acompañaban, el juego transmitía buenas sensaciones y a domicilio parecía no tener rival. Cuatro victorias de cuatro desplazamientos, y ningún gol en contra.

Simeone, que conoce el juego de Cervera porque es con el que ha conseguido una Liga y dos finales de Champions, tomó buena nota de todo esto y no quiso dejarse sorprender. Desde el minuto uno el Atlético desmoronó una defensa que pretendía ser un muro, y desactivó un ataque que contaba sus zarpazos por goles. No hay mejor cuña que la del propio árbol.

Podríamos señalar a algunos jugadores por sus errores, pero no sería justo. Cuando la estrategia pasa por entregar el balón al contrario, el más leve despiste penaliza drásticamente, por más que el de Cantabria se enfade. Es el riesgo calculado que el técnico decide correr, y debe asumirlo.

El partido del sábado despertó al Cádiz a una cruda realidad a la que el míster no había perdido la vista ni por un segundo. La competición del Cádiz no es la del Atlético, por más que militen en la misma categoría. El conjunto amarillo juega en la liga del puñado de equipos que luchan por esquivar el descenso, y en esa competición la posición, a día de hoy, es inmejorable.

La próxima jornada la Real Sociedad visitará el Carranza, tal vez entonces tenga un una nueva denominación, y lo previsible es que se vuelva a Donostia con los tres puntos, aunque siempre cabe la sorpresa. Donde el Cádiz sí debe apretar los dientes es en la visita a Elche. Puntuar en el Martínez Lázaro, como en El Alcoraz o en Ipurua, podría marcar la diferencia entre mantenerse en la división de oro o volver a Segunda.